Lo trendy es moverse en bici
Sin embargo, los maestros en el uso de las dos ruedas son los holandeses: casi un 40% las utiliza para sus desplazamientos diarios, un modo de transporte que tienen incorporado a su ADN. Con casi 30.000 kilómetros de carriles para ciclistas, Holanda es el país de la bicicletas, de hecho, hay registradas 18 millones para 16 millones de habitantes. En Dinamarca su uso alcanza el 23%, un 18% en Suecia y un 16% en Alemania. ¿Y en España? Estamos a la cola, ya que apenas el 2% de nosotros utiliza la bicicleta para sus trayectos habituales, algo más que en Portugal (1,4%) y algo menos que en Francia (2,8%). Y no es que seamos alérgicos a darle a los pedales, porque según el Barómetro de la Bicicleta de 2011, más de la mitad de los españoles tiene una para uso personal y más de 15 millones la usamos con frecuencia, aunque no como medio de transporte habitual.
La situación en España tampoco es uniforme y algunas ciudades –como Barcelona, Sevilla o San Sebastián– apostaron hace años por el uso de la bici en el ámbito urbano y hoy cuentan con una importante red de carriles-bici. En otras, Madrid es el ejemplo más significativo, estos carriles específicos para ciclistas son anecdóticos (salvo el anillo que rodea la ciudad) y el uso de la bicicleta es marginal y casi heroico.
Buenas razones para pedalear
Casi todo son ventajas. “Es un medio de transporte muy ligero y eficiente que no gasta más combustible que las calorías que nos sobran, por lo tanto beneficia la salud de quien la usa y también del resto de ciudadanos que respiran un aire menos contaminado, pues una bici más supone un coche menos para emitir gases de efecto invernadero”, explica Manuel Martín, director técnico de ConBici, una organización sin ánimo de lucro que lucha por hacer de la bicicleta un medio de transporte habitual.
Estos son los beneficios para la salud, según el doctor David Rojas Rueda, del Centre for Research in Environmental Epidemiology (CREAL) de Barcelona:
- Incrementa la circulación.
- Mejora la capacidad pulmonar.
- Quema calorías.
- Reduce los niveles de colesterol sanguíneo.
- Mejora el sistema inmunológico.
- Aumenta la calcificación y la densidad ósea.
Conclusión: realizar entre 20 y 30 minutos de bicicleta al día puede disminuir las probabilidades de tener diabetes, infartos de miocardio, cáncer de colon y de mama. También mejora los síntomas de demencia y la depresión. En general, puede reducir hasta un 20% el riesgo de mortalidad e incrementa seis meses la esperanza de vida.
¿Qué necesitas?
Si no tenemos una bicicleta y vamos a comprar una, debemos estudiar antes el espacio disponible en casa y el presupuesto disponible, aconseja Ignacio Pérez-Piñar, comercial de Calmera, una de las tiendas de bicicletas más emblemáticas de Madrid. Este experto explica que para uso urbano son preferibles las bicicletas plegables (muy útiles cuando el espacio para guardarla es reducido), de paseo o híbridas. Las de paseo son las más confortables y con un diseño estético más cuidado. Tienen muchos accesorios de serie (portabultos, cestas y guardabarros, por ejemplo). Se pueden conseguir a partir de 250 €. Las de trekking o híbridas son las más polivalentes. Algunas tienen suspensión delantera y pueden usarse tanto por la ciudad, como por vías verdes o caminos rurales. El precio oscila entre los 350 y los 1.500 €.
Además, habrá que pensar en los accesorios. El más importante es el casco, que es obligatorio (unos 50 € de media). En cuanto a la ropa es recomendable que sea cómoda y transpirable. Conviene también llevar luces delanteras y traseras, alguna bolsa pequeña para guardar las herramientas y una cámara de repuesto... por si los pinchazos. Por último, y para que nadie te amargue la ruta, es importante no olvidar una buena cadena capaz de amarrar el cuadro de la bici y, preferentemente, las dos ruedas.
En marcha, consejos para principiantes
Antes de empezar a movernos en bici por la ciudad y si no tenemos mucha experiencia, Manuel Martín, de ConBici, recomienda vincularse a alguna asociación donde se organicen cursos para aprender a interactuar con el tráfico (biciescuelas) y actividades relacionadas con la bicicleta. Otra opción es practicar en zonas con poco tráfico y empezar a “entrenar” de forma lúdica y progresiva, para aprender a usar las marchas, ir cogiendo habilidad y soltura y no pasar un mal rato por falta de previsión. Toma nota, además, de estos otros consejos:
- Asegúrate de que las ruedas estén bien infladas y el sillín bien regulado (la pierna debe estar casi estirada cuando el pedal está abajo). Así se avanza con menos esfuerzo.
- Cuando se circula por el carril-bici, no bajes la guardia en las intersecciones: con bastante frecuencia los coches no tienen tan presente al ciclista como cuando circula en la calzada.
- No corras demasiado en estos carriles, sobre todo si están al mismo nivel que la acera. Los peatones suelen cruzarlos distraídamente, así que conviene ir siempre alerta.
- Si no se dispone de carril-bici hay que tener más cuidado, pero sin pasarse. En la calzada, el ciclista debe hacerse respetar sin miedos ni prejuicios. Ten en cuenta que una bicicleta puede que sea más lenta (y por lo tanto más segura), pero tiene los mismos derechos que el resto de los vehículos.
- Aunque muchos ciclistas tienden a orillarse, se recomienda circular por el centro del carril para hacerse visible y previsible.
- Señalizar bien los giros, que sean visibles.
- En una fila de coches parados ante un semáforo conviene avanzar a la zona delantera y detenerse en el centro del carril para reanudar la marcha sin arrinconarte cuando se ponga verde. Cuando recuperes la estabilidad, facilita los adelantamientos de los vehículos más veloces, si ello es posible.
- No irrumpas en un paso de peatones para cruzar, pues por tu velocidad el automovilista pudiera no tener tiempo de reaccionar igual que ante un viandante.
- No tomes las rotondas pegada a las orillas, mejor por el lado izquierdo del carril derecho. Los coches deben facilitarte la maniobra.
- Ten la precaución de evitar los ángulos muertos de autobuses y camiones. En los semáforos y donde estos puedan girar a la derecha, no te detengas ni circules junto a ellos, sino siempre delante o detrás.
- Intenta no utilizar las aceras y si, excepcionalmente, se comparte espacio con los peatones, pasa junto a ellos muy despacio y nunca a menos de un metro de distancia.
- Una recomendación final: no permitas que nadie te amargue tu trayecto en bici. Trata de quitar importancia a los errores de otros y sonríe ante las adversidades. ¡Suele ser más fácil cuando conduces una bicicleta!
Muévete por la ciudad
Se ha convertido en una opción que cada vez gana más adeptos. Es una forma alternativa de hacer turismo o de (re)descubrir tu propia ciudad.
Madrid
Los carriles-bici en el centro de la ciudad siguen siendo escasos, aunque cada vez hay más ciclistas que desafían al tráfico motorizado. Sin embargo, la ciudad sí cuenta con carriles-bici dedicados al ocio. Los más significativos son el de Madrid Río, que transcurre a la vera del Manzanares, y el anillo verde, que con sus 65 kilómetros rodea la ciudad. Si se combinan con el transporte público (que permiten el acceso de bicis en horarios determinados) son una buena alternativa.
Barcelona
El centro de la ciudad y sus principales reclamos turísticos –desde la catedral al Parque Güell– pueden hacerse en bicicleta. Dispone de un servicio público de alquiler de bicicletas y las principales calles cuentan con un carril-bici y en otras no se puede circular a más de treinta kilómetros por hora. Poco a poco los conductores barceloneses se han ido acostumbrado a convivir con los ciclistas. Si quieres salir del centro y conocer los alrededores puedes tomar la ronda verde, una especie de circunvalación que une varios municipios.
Sevilla
Es una ciudad perfecta para la bici. Calles con poco desnivel y más de 120 kilómetros de carriles-bici que se adentran por los rincones más significativos y emblemáticos, desde el barrio de Triana al río Guadalquivir.
Vitoria
Declarada Ciudad Verde Europea en 2012, cuenta con carriles-bici de doble dirección y automovilistas acostumbrados a la presencia de ciclistas en la calzada.